martes, 24 de septiembre de 2013

AVANCES EN EL PROCESO DE ACOMPAÑAMIENTO IN SITU EN EL MARCO DEL PROGRAMA TODOS A APRENDER.


La observación de clases una oportunidad de crecimiento personal y profesional en la búsqueda de la calidad educativa.

El gobierno Nacional se ideo la mejor de las estrategias para trabajar por la calidad Educativa del país, el Programa Todos a Aprender (PTA), es una iniciativa que contiene una serie de acciones y dimensiones que llevadas a la practica en su totalidad asegurarían la consecución del propósito nacional de forma integral; como docente tutor del PTA son muchas las experiencias que se viven en el ejercicio con los docentes de cada establecimiento educativo (EE).

El programa apunta fortalecer cinco componentes del sistema educativo y de esta manera llegar a mejorar los niveles de desempeño de los estudiantes; se parte desde las orientaciones fundamentales y epistemológicas de las áreas de Matemáticas y Lenguaje de tal forma que los docentes teniendo mayor apropiación disciplinar y curricular puedan transformar y enriquecer su práctica pedagógica, en este proceso de acompañamiento se presenta una acción que considero esencial en la verificación y determinación de los avances e implementación del programa a nivel institucional, hablo entonces de la observación de clases que es el escenario real donde hay un encuentro con la vivencia del aula y el ejercicio  del docente, en mi labor como Tutor he tenido experiencias muy gratificantes en este proceso de acompañamiento.
Después de esbozar a grandes rasgos los propósitos del programa, quiero entrar a describir los avances significativos que se evidencian en mis EE relacionados con el ejercicio de observación de clases. En un principio como era de esperarse muchos docentes estaban predispuestos por el acompañamiento en el aula, dado que lo tipificaban como un hecho evaluativo y que podía tener sanción, esta visión ha sido heredada por décadas y en muchas ocasiones interpone barreras negándose la posibilidad de compartir experiencias y aprender colaborativamente; no ha sido un proceso fácil, pero en la actualidad se han logrado avances importantes, se requiere tener mucho tacto, manejar la situación con mucho respeto, brindar confianza y seguridad al observado y convertir este hecho en un espacio reflexivo y de aprendizaje. En las instituciones educativas que acompaño, este proceso ha sido asumido con mucha humildad y prudencia por ambas partes, hoy no existe ningún tipo de resistencia para acompañar a los docentes en el desarrollo de sus clases; como es normal las acciones fluyen de mejor forma en un contexto que en el otro, por ello quiero resaltar los avances en el EE SAN JUDAS TADEO DE CHIBOLO MAGDALENA, dentro de las acciones destacables podría enumerar:

El compromiso y el empoderamiento que los Directivos Docentes han asumido con este ejercicio, considerándolo como la vía fundamental para lograr un verdadero cambio educativo, es tanto la apropiación que no se pierden una jornada de orientación a docentes y mucho menos las observaciones de clases; el Rector y sus coordinadores acompañan el proceso y participan activamente en los espacios de reflexión crítica posterior a la observación. Están tan convencidos de las bondades del programa y del acompañamiento en el aula que lo han institucionalizado, tienen cronograma de observación de clases en toda la IE y además los encuentros no se realizan solo con primaria, sino que involucran a todos los docentes y de todas las áreas con la intención de crear una comunidad de aprendizaje solidad y con igualdad de oportunidades.

   Otro aspecto destacable es la actitud del docente “TADEISTA” como ellos hacen llamarse, son docentes con un alto grado de humildad y deseos por mejorar su quehacer; por obvias razones el inicio provocaba cierta incertidumbre, pero al establecer diálogos con los profes y orientarles acerca del verdadero propósito de este ejercicio lo han asumido con mucho profesionalismo… los docentes son acompañados en un ejercicio de metacognición partiendo por resaltar sus buenas prácticas y luego llevarlos a descubrir sus solicitudes de apoyo, ante esto los docentes reconocen sus fortalezas y asienten su debilidades.

 Tendríamos que resaltar la transformación que se ha tenido en la escuela y en la práctica del docente; el trabajo colaborativo a través de la comunidad de aprendizaje por áreas se ha convertido en un aliado fuerte en este proceso de cambio continuo, los profes se apoyan mutuamente y los testimonios son alentadores y gratificantes… uno de los aspectos que mayor consideración les merece es la apropiación que han logrado de los referentes de calidad y las estrategias para la implementación en el aula, en cada encuentro se observa una motivación creciente y generalizada, han recibido  orientaciones y materiales pertinentes que contribuyen a la autoformación y a la auto-reflexión.


   
Con la apropiación e implementación de los referentes de calidad, se ha logrado la transformación de las prácticas de planeación, hoy podríamos establecer un paralelo entre el antes y el después del PTA, los docentes TADEISTA vienen fortaleciendo este proceso mediante el trabajo en equipo no solo de primaria sino también con secundaria y media; se evidencia en sus planeaciones curriculares apropiación de los referentes lo cual redunda en la organización y consecución de los objetivos y metas de aprendizaje enfocado de acuerdo a las exigencias nacionales.


   
Comparando las primeras observaciones con las ultimas, se nota un cambio amplio en la actitud de los estudiantes, actualmente se muestran más activos y participativos de tal forma que las dinámicas asumidas por los docentes fluyen adecuadamente porque cuentan con el respaldo de sus estudiantes, podemos afirmar que su nivel académico es superior debido a que están siendo mejor orientados y están aprendiendo lo que deben aprender y saber hacer en cada grupo de grado, sería muy prematuro para aseverar que hay cambios profundos, pero la verdad es que vamos por buen camino.



    Por ultimo señalar que el docente ha venido avanzando hacia una práctica más dinámica y pertinente, con la introducción de materiales y el uso de estrategias y metodologías renovadas, han transformado su quehacer pedagógico fortaleciendo el proceso de enseñanza y aprendizaje

Es muy gratificante cuando se logra generar cambios y transformaciones en dimensiones tan relevantes para el sistema educativo, este proceso requiere de mucha prudencia porque se suscitan variadas emociones y sentimientos en derredor del acompañamiento, pero estos docentes están dispuestos y comprometidos con el cambio, y como lo dije inicialmente su humildad permite establecer un vínculo de confianza y apoyo que coadyuva sustancialmente en la consecución de los objetivos del ejercicio y del programa de forma general. 



Sentimos y creemos por todo lo esbozado anteriormente, que hemos sembrado en tierra fértil y que los frutos como productos medibles se podrán cosechar muy pronto, a pesar de las muchas necesidades y carencias de tipo estructural y material, los Docentes y Directivos se comprometen por la calidad de la educación de sus estudiantes, apelamos a la frase de nuestro amigo Habib Mejía cuando afirma “no es lo mismo una escuela pobre, que una pobre escuela” y con este grupo de maestros queda demostrado que con poco se puede hacer mucho, y que solo se requiere un cambio de actitud para crear ambientes propicios de aprendizaje.

ROBERTO ATENCIA MORALES
DOCENTE TUTOR


REFLEXIONES... LA EDUCACIÓN RECLAMA "TRANSFORMACIÓN"

CONTENIDOS DEL SIGLO XIX, DOCENTES DEL SIGLO XX Y ESTUDIANTES DEL SIGLO XXI
“Si resucitáramos a un médico que practica la cirugía hace un siglo y lo lleváramos a un quirófano moderno, se encontraría perdido y ciertamente no podría ejercer su profesión. Por otro lado si despertáramos un maestro que ejercía la educación básica también hace un siglo y lo invitáramos a una escuela de nuestro barrio, no la encontraría muy cambiada y seguramente podría dar su clase”   Antonio Battro.
La calidad de la educación en Colombia y especialmente en los sectores sociales con mayor vulnerabilidad se ha convertido en el “talón de Aquiles” para las entidades oficiales y de las Instituciones educativas como eslabón ultimo de la pirámide  organizacional del sistema. Somos testigos de los múltiples intentos que los entes públicos y privados en todos sus niveles, hacen en derredor del mejoramiento académico de los muchachos que egresan. El comportamiento social, cultural y profesional de los individuos de hoy, hace pensar que la Educación no está cumpliendo con su cometido constitucional y socio-cultural, por otro lado los resultados obtenidos en las pruebas externas en cualquier ámbito de formación nos posicionan en sitiales indeseados por el bajísimo nivel de competencias revelado por los evaluados especialmente en las áreas fundamentales y obligatorias del sistema Educativo Colombiano
Mejorar o transformar los procesos educacionales y por ende los aprendizajes y los desempeños de los estudiantes, se ha convertido en la “punta del iceberg” para muchos gobiernos, pero en realidad la situación es más compleja; en esta búsqueda se han adoptado modelos que en otras latitudes dieron resultados positivos, se han expedido legislaciones que demarcan renovadas visiones educativas, implementación de estrategias de seguimiento y valoración no se han hecho esperar, aplicación de programas y políticas de gobierno, tampoco han logrado surtir el efecto deseado y no menos importante son los materiales y equipos dispuestos en pro del objetivo nacional “mejorar la educación Colombiana y formar seres humanos competentes”, todas estas acciones se han quedado en el intento, no se evidencian mejorías en los resultados
Evocando la primera parte del título, es necesario que se realice una crítica profunda y reflexiva frente a lo que se está enseñando en las aulas de clases y más aun de la forma cómo y para qué se enseña; porque si bien es cierto nos desgastamos “trasmitiendo” cantidades de información fundamentados en que así lo tiene los planes de estudio o el libro de texto que sirve de guía tiene determinado orden y tal vez más grave, porque a mí también me lo enseñaron. Si la escuela y el docente no contextualiza su accionar, irremediablemente seguiremos detenidos en el tiempo sin posibilidad de cumplir con una verdadera formación pertinente y de calidad;   existen en Colombia referentes de calidad que orientan el desarrollo curricular y haciendo un análisis consciente de sus contenidos, le responden al docente los interrogantes del ¿Qué?, ¿El  cómo?, ¿El para qué? y ¿El cuándo? de su quehacer educativo y formativo, pero la realidad es que en la práctica sigue privilegiándose las creencias y conceptos del profesor para seleccionar el qué y el cómo, razón fundamental, sin duda de los pobrísimos niveles de desempeño alcanzado por los estudiantes en las mediciones nacionales
Fundamentado en estudios publicados en diversos medios y observando la realidad contextual habría que admitir, que otra situación determinante para la educación y los niveles académicos revelados, es la forma como estamos enseñando, en muchos casos privilegiamos la forma como nos enseñaron o recurrimos a que “si yo me lo aprendí, también deben aprendérselo” desconociendo la evolución de las sociedades y por consiguiente la estructura cognitiva de los individuos y los intereses y las necesidades de aprendizaje. Si analizamos los momentos o las fases de una clase de hoy, no difiere en profundidad de lo que se hacía hace cien años; el sistema educativo nos está impulsando hacia el desarrollo de competencias en los estudiantes, mas sin embargo mediamos el conocimiento con un carácter reproductivo, memorístico, repetitivo y hasta la recitación textual, porque seguimos creyendo que el estudiante debe saber y es pertinente reflexionar en ¿saber qué? y ¿para qué debe saberlo? un aspecto que deberíamos revisar con humildad es el contrato didáctico que orienta nuestro accionar pedagógico, porque a veces queremos enseñar lo que creemos nosotros que debe saberse o creamos en los educandos concepciones personales y evaluamos los aprendizajes con respuestas prediseñadas, nos tienen que responder lo que queremos escuchar llevando a los estudiantes a vivir lo que en didáctica se conoce como  Efecto Topaze; al respecto John Dewey afirmaba que “Si enseñamos a los estudiantes de hoy como enseñamos ayer, les estamos robando el mañana”. 
 Convergen en el sistema educativo un sin número de posiciones teóricas conceptuales que no lograríamos triangular y conciliar para tomarlas como cauce para direccionar nuestra acción pedagógica y didáctica; crean en el docente, tal vez conflictos cognitivos dado su estructura metacognitiva y las creencias que ha construido en su práctica, pero es necesario iniciar un proceso de apropiación y asimilación; una de esas discusiones es en relación a si el contenido o la competencia, pero cabría destacarse que de nada sirve “saber” si no se es capaz de aplicarlo en contextos diferentes al aula de clases (competencia). Juega un papel fundamental conceptos como la transposición didáctica del saber, “el docente enseña lo que debe enseñar y con la profundidad o visión que debería y el estudiante aprende lo necesario y para lo que es conveniente”; no es un tema elemental pero creemos que apremia la necesidad de iniciar un proceso de reflexión profunda del quehacer educativo, si quien orienta el proceso no se apropia de todos los elementos fundamentales de su quehacer, se está frente a la gravísima posibilidad de no realizar lo correcto y seguir aportándole a una educación desfasada con relación a las exigencias contemporáneas y de espalda a los criterios que se han construido a través de estudios e investigaciones rigurosas del proceso de enseñanza y aprendizaje; para lograr una transformación real del sistema educativo se requiere de un docente comprometido, creativo, imaginativo, investigativo y sobre todo con una dosis alta de humildad que le permita reflexionar acerca de su propia experiencia, para aceptar la necesidad de cambio en aspectos metodológicos y didácticos, porque si el cambio no inicia como una motivación intrínseca ninguna estrategia o programa externa logrará generar ruptura de los esquemas vetustos, para apropiarnos de renovadas experiencias pedagógicas, le corresponde al profesional de la educación desaprender y aprender para poder enseñar, al respecto Ignacio Estrada expresa Si un niño no puede aprender de la manera que enseñamos, quizá debemos enseñarles de la manera que ellos aprenden” refiriéndose a la importancia de considerar ritmos y estilos de aprendizaje, tema que se convierte en un reto y desafío insuperable para quienes veneran sus prácticas tradicionales y conductuales negándose la oportunidad de incorporar en su labor, renovadas prácticas y estrategias que contribuyan al mejoramiento continuo de los niveles de desempeño en los estudiantes porque por ley general, los profesores enseñan más por lo que son que por los que dicen.

ROBERTO ATENCIA MORALES
MAESTRANTE